domingo, 8 de febrero de 2009

RECLAMOS INATENDIBLES COMO LIBRETO CONTRA EL MERCOSUR

LUIS AGÜERO WAGNER- El equipo del obispo Fernando Lugo conoce perfectamente el poderío y la actitud del Brasil en el tema Itaipú, pero insiste en reclamos inatendibles para dañar al Mercosur en beneficio de Estados Unidos y fingir nacionalismo, aunque tan sólo para las aguas bajo la represa de Itaipu.
"La forma en que el Gobierno brasileño está reaccionando ante una serie de contenciosos con algunos de sus países vecinos, como Ecuador, Bolivia, Paraguay, Venezuela o Argentina, revela, en la práctica, un refuerzo del liderazgo de Brasil en la región. La dura reacción del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a la pretensión de Ecuador de dejar de pagar una deuda contraida con el Banco de desarrollo de Brasil (BNDES) para la construcción de una hidroeléctrica, convocando a su embajador en Quito, y las amenazas anteriores al Gobierno boliviano de Evo Morales, indican la forma en que Brasil actúa en la región" indica un comentario publicado por la prensa española.

La dinámica imperial y los desplantes de potencia brasileños son bien conocidos por Paraguay, arrasado en el siglo XIX por una guerra contra el Brasil monárquico inspirada y financiada por intereses británicos, que apoyaban así la destrucción de un gobierno proteccionista sufragando una contrarrevolución monárquica borbónica en el Plata.
El equipo del obispo Fernando Lugo conoce perfectamente el poderío y la actitud del Brasil en el tema Itaipú, pero insiste en reclamos inatendibles para dañar al Mercosur en beneficio de Estados Unidos y fingir nacionalismo, aunque tan sólo para las aguas bajo la represa de Itaipu.
Esta obra tiene varios actos, y todos se inician en el mismo lugar: la embajada norteamericana de Asunción.

LA "ADVERTENCIA" DEL OBISPO

No hace mucho el general José Carvallo, Jefe del Comando Sur del Brasil, afirmò que si el presidente Lula Da Silva lo ordena, fuerzas militares invadirán Paraguay y se lanzarán sin miramientos sobre la represa de Itaipú

El gobierno paraguayo respondió expresando su disgusto a través del ministro del Interior, Rafael Filizzola. Para Filizzola, esas expresiones de Carvalho a una revista de Brasil constituyen "un atropello a la soberanía" de Paraguay.

"Son posturas que se han quedado ancladas 50 años en el pasado. O sea, no tiene sentido en este momento hablar de soluciones o de respuestas militares en una región que ha apostado por la integración", también manifestó el titular del Interior de un gobierno que desde su campaña proselitista ha apostado a tirotear precisamente contra ese proceso de integración.

Carvalho había señalado que la seguridad de Itaipú era "responsabilidad de la propia empresa, de la Itaipú Binacional, en primer lugar", pero advirtió que "en caso de que ella no consiga más prever la seguridad de sus instalaciones, sea por la invasión de movimientos sociales u otras amenazas, el problema se podrá volver una cuestión policial o militar".

En la misma línea, el jefe militar explicó que el Ejército brasileño "existe para cumplir cualquier misión en cualquier lugar del territorio nacional" y dejó en claro que si Lula "determina que una acción (como la intervención en Itaipú) debe ser realizada, ella será ejecutada".

A una controversia sobre Itaipú, se agrega la tensión provocada por la permanente amenaza de campesinos "sin tierra" paraguayos de invadir tierras de brasileños instalados en Paraguay -los llamados "brasiguayos"-, en una franja que el gobierno de Brasilia parece considerar un Sudetes Sudamericano.

Curiosamente la prensa que finge una posición ultranacionalista en el tema de Itaipú, como ABC color, tiene una posición incongruente en el tema de los sojeros brasileños, subisidiarios de Monsanto, a los que defiende a capa y espada con una enjundia sólo comparable a la que aplica para exculpar al imperio norteamericano de sus culpas en la región y apuntalar la invasión del capital brasileño al territorio paraguayo.

TAMBIEN CON ECUADOR

El llamado la semana pasada a Brasilia del embajador brasileño en Quito, Antonio Marques Porto, "para consultas", constituye una señal gráfica del cambio de humor ante la declarada intención del presidente ecuatoriano Rafael Correa de no reconocer un préstamo hecho por un banco brasileño.

VOLANDO POR CUENTA DE LULA

Algunas actitudes el obispo, sin embargo, no condicen con el supuesto nacionalismo que sólo se aplica a las aguas que pasan bajo la represa de Itaipú.
Varias figuras políticas paraguayas calificaron de lamentable y bochornoso que el clérigo-presidente Fernando Lugo viaje al Brasil, con la supuesta intención de realizar reclamos a Lula da Silva, en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña.
El vicepresidente Federico Franco cuestionó que el presidente Fernando Lugo haya viajado a Brasil en un avión de la Fuerza Aérea de ese país, a fin de tratar el tema de la renegociación del tratado de Itaipú. Franco lamentó el hecho y sugirió al presidente del Congreso, Enrique González Quintana, incluir un presupuesto para la compra de un avión presidencial.

“Es absolutamente lamentable que el presidente de la República del Paraguay fuese quien tenga que ser trasladado a distintos lugares en aviones de otro país”, indicó.

Franco se sumó así a las numerosas críticas que surgieron ayer porque el presidente Fernando Lugo utilizó un avión de la Fuerza Aérea de Brasil para ir a tratar el delicado tema de la renegociación de la deuda de Itaipú, con su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.

El jefe de Estado paraguayo subió al Jet Legacy 135, de industria brasileña Embraer, equipado solo para trece pasajeros, acompañado del canciller Alejandro Hamed Franco, del ministro de Hacienda y agente del FMI Dionisio Borda, del ministro de Industria –su financista durante el proselitismo- Martín Heisecke, del director general paraguayo de la Itaipú y conspicuo referente del neoliberalismo en Paraguay, Carlos Mateo Balmelli y otros cercanos colaboradores.

El portentoso aparato turbo partió a las 6.45 de la sede de la Primera Brigada de la Fuerza Aérea, ubicada en Luque, y de acuerdo a informes proveídos el aparato solo necesita de dos horas para llegar a São Paulo, donde Lugo y comitiva hizo su primera escala, y de allí una hora para la capital brasileña.

Nadie pudo dar una respuesta sólida a la pregunta del porqué el Presidente paraguayo aceptó viajar en un avión de la Fuerza Aérea Brasileña y no en una nave paraguaya
“Nos preocupa que eso pueda finalmente incidir en el resultado de la negociación, porque estas son señales diplomáticas que a Itamaratí no se le escapa, no es casualidad. Nos parece que esas son cuestiones que hay que cuidar. Si no tenemos cómo ir, y bueno, o nos vamos en colectivo, o nos vamos como sea necesario. Yo creo que también aquí en el Paraguay hay muchas personas que pueden colaborar con la causa, en el sentido de que pueden facilitar un medio de transporte" dijo por su parte el senador Sebastián Acha.

La aceptación del presidente Lugo de la gentileza brasileña para acudir a una reunión en donde va a reclamar más beneficios para el Paraguay al gobierno de Lula Da Silva en torno a la hidroeléctrica Itaipú generó molestias en algunos dirigentes de la propia Alianza Patriótica para el Cambio, un conglomerado de fuerzas cooptadas por la embajada norteamericana de Asunción, en su mayoría financiadas por donaciones de USAID, el NED, IAF y otras fundaciones anexas a la CIA a través de ONGs establecidas como mampara.

La mayoría de las fuentes indicaron que el mandatario paraguayo debería de haber demostrado más autonomía y asistir a esa reunión con el gobierno brasileño con los medios que posee el Paraguay. Resaltaron además la falta de asesoramiento al jefe de Estado para las relaciones diplomáticas.

“Nos vamos totalmente entregados” opinó por su parte Luis Sarubbi, Diputado colorado.

“Da la pauta de que nos vamos totalmente entregados”, ya que “nos estamos yendo sobre el caballo del enemigo”, según opinó el diputado colorado Luis Sarubbi sobre el viaje de Lugo en un avión del Brasil.

El legislador se preguntó: “¿Entonces a qué vamos?, y sentenció que “ojalá que salga bien” (por la renegociación del Tratado de Itaipú).

“Cuando uno se achica, se muestra achicado, se va acomodado en un avión que le manda el mismo presidente Lula, entonces quiere decir que ya hay todo un arreglo”. “No sabemos cuál es el arreglo, pero irte en un vehículo ajeno para ir a negociar, es ir a la merced de tu enemigo”.

BRASIL Y EL SUB-IMPERIALISMO EN PARAGUAY

El imperialismo de segundo grando o sub-imperialismo brasileño en Paraguay, fenómeno de vieja data, quedó ya en evidencia cuando el Gobernador brasileño del Estado de Paraná Roberto Requiao se unió al embajador norteamericano James Cason, haciendo campaña proselitista en favor del obispo Fernando Lugo, candidato presidencial de la Alianza Patriótica para el Cambio. El hecho fue calificado por el gobierno paraguayo anterior como una abierta injerencia –una más de las tantas- en los asuntos internos de la República del Paraguay, algo que ya es costumbre en un país donde las embajadas inspiran mayor lealtad que el gobierno a grandes sectores de la ciudadanía, que si no reciben órdenes y dinero, se dejan sugestionar con facilidad por este tipo de presiones psico-sociales.
También confirmó lo lejos que el Paraguay se encuentra de ejercer soberanía sobre sus asuntos, y que en forma insolente le dictan normas embajadores de Estados Unidos, Brasil, Taiwán y también lo haría el embajador de Etiopía o Birmania si estuvieran acreditados en el cuerpo diplomático de Asunción.
Con una agresividad desproporcionada, Requiao atacó con virulencia al gobierno del presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos y le recomendó en tono de velada amenaza “estarse quieto” y entregar el poder a su amigo el obispo Fernando Lugo, quien lo visitaba con frecuencia en misteriosos viajes al Brasil. Con su abierta participación en la campaña electoral del Obispo, el gobernador brasileño violó cuando menos tres artículos de la Carta Magna paraguaya y el artículo 14 del código electoral, que impide a movimientos y partidos paraguayos subordinarse a gobiernos o agentes extranjeros.
Requiâo (nacido en Curitiba el 5 de marzo de 1941) es un político oriundo de una familia acaudalada y con fama de bon vivant que inició su carrera como diputado del derechista PMDB, habiendo sido elegido anteriormente diputado estatal de Paraná, alcalde de Curitiba y senador en 1994. Desde el año 2006 es gobernador del estado brasileño de Paraná, luego de haber derrotado a Osmar Díaz por el escaso margen de diez mil votos. Versiones difundidas en Paraguay también lo señalan como colaborador de la inteligencia del dictador Stroessner y socio comercial del ex presidente Juan Carlos Wasmosy, quien accedió a la primera magistratura en Paraguay por la vía del más escandaloso fraude de su historia.
Roberto Requiao fue entonces mucho más lejos de una simple opinión, ya que puso en evidencia -como hoy el incidente del avión brasileño- el incoherente discurso del Obispo con respecto al Brasil, al que declara en la prensa que “confrontará” por el tema de la administración de la represa hidroeléctrica de Itaipú, un recurrente argumento utilizado desde hace cuarenta años por la oposición paraguaya para intentar ganar votos, hoy instrumentado para restar popularidad al MERCOSUR entre la opinión pública. Difícilmente nuestro voluble obispo podría confrontar con un país desde el cual está siendo financiada su campaña.

La complicidad del Brasil con el imperio norteamericano para sentar sus reales en Paraguay tiene una vieja data, desde que en la década de 1930 su influencia desplazó a los intereses anglo-argentinos dominantes en Paraguay desde la devastación genocida que en el siglo XIX inspiró y sufragó contra este país el imperialismo británico.
En el año 1965, cuando el presidente norteamericano Lyndon Jonson decidió invadir República Dominicana en defensa de intereses de su propia industria azucarera, el dictador Stroessner envió a soldados paraguayos a participar de la matanza junto a una fuerza multinacional que actuó en nombre de la “comunidad internacional”, apodo bajo el cual disfraza ocasionalmente Washington sus intervenciones. Los soldados paraguayos actuaron bajo las órdenes de un general brasileño, Panasco Alwyn, en defensa de los intereses norteamericanos, a pesar de que algunos de ellos acababan de enfrentarse a tiros con tropas brasileñas por la posesión de los Saltos del Guairá.
Las carnales relaciones que se evidencian entre el Obispo Fernando Lugo con Lula Da Silva y la oscura financiación de su campaña, se suman a la incoherencia de haberse presentado como un izquierdista teólogo de la liberación tercermundista para terminar aliado a los propagandistas del neoliberalismo en Paraguay, apoyado por grupos financiados por el embajador norteamericano, y como candidato de un partido conservador apoyado por los medios vinculados a la ultraderecha y personeros del Plan Cóndor.

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