USAID fue uno de los organismos que más dinero aportó, a través de ONGs, para la elección del obispo Fernando Lugo.
Curiosamente, es uno de los organismos que más conspira en Cuba.
Además de reconocer el descontrol generalizado sobre la gestión de subsidios multimillonarios, el nuevo informe de la Oficina de Auditoría General de EE.UU. (GAO) sobre las actividades de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) contra Cuba confirma la escandalosa extensión de las actividades de subversión, espionaje e injerencia del gobierno de Washington contra la Revolución cubana.
Las decenas de millones que destina Estados Unidos a operaciones desestabilizadoras contra Cuba, a través de la USAID, se encuentra fuera de control y existen altos riesgos de que el dinero pueda ser desviado por sus administradores, admite una auditoría federal difundida el lunes último por la GAO, un órgano investigador del Congreso norteamericano.
Aunque la mal llamada Agencia para el Desarrollo Internacional tomó algunas medidas para maquillar las filtraciones de su Programa de desestabilización contra Cuba, "sigue en dudas la capacidad del programa de garantizar el uso apropiado de los subsidios", reconoce el GAO.
El GAO recuerda como el Congreso suspendió en julio dos de los subsidios más jugosos de la USAID a los dos Frank, el primero por 7,2 millones de dólares al agente CIA Frank Calzón, del Center for a Free Cuba (CFC), y otro de 10,95 millones de dólares al también agentazo Frank Hernández Trujillo y su llamado Grupo de Apoyo a la Democracia (GAD).
Confirma esta vez el GAO que el desfalco realizado en el CFC por Felipe Sixto, brazo derecho de Calzón, alcanzaba más de medio millón de dólares.
Más sospechoso aún, Sixto devolvió supuestamente a Calzón el dinero robado en un intento de encubrir el enorme fraude, sin que el GAO vea irregularidad alguna en esta maniobra.
Tampoco señala el GAO la responsabilidad en este gigantesco reguero de fondos al ex jefe de la USAID para América Latina, el hombre de confianza de la mafia miamense y de John McCain, Adolfo Franco, y a su brazo derecho para Cuba, David Mutchler, que también salió intempestivamente de la agencia después del descubrimiento de los casos de desfalco.
Franco y Mutchler disimularon durante años el paradero de 65,4 millones de dólares otorgados por ese fondo federal en una década a una red de grupúsculos desconocidos, organizaciones mafiosas y desprestigiados centros de estudios anticubanos.
El muy respetuoso GAO no se interroga sobre las otras operaciones continentales de la USAID, también manejadas por Franco, que en Venezuela, Bolivia y en el conjunto de América Latina engrasaron y siguen engrasando grupos subversivos cuya real procedencia es a menudo muy dudosa.
Tampoco se preocupa el GAO de que Franco haya sido sustituido por un miembro eminente de la cúpula mafiosa de Miami, José Cárdenas, quien fue director de la Fundación Nacional Cubano Americana, una criatura de la CIA, cuando financiaba acciones terroristas contra Cuba.
Varios de los proyectos "congelados" por los legisladores ya han sido extendidos por un año, revela el GAO, que no se sorprende de esta iniciativa del nuevo dueño de la sección latinoamericana de la USAID.
Ninguno de los beneficiarios investigados, salvo Calzón y Trujillo, es identificado por su nombre, "a solicitud de la USAID", a pesar de que uno de ellos, que lleva la letra "K", despertó las sospechas con gastos injustificados de 1 494 996 dólares, una suma para hacer soñar a cuantos norteamericanos que acaban de perder su casa en la crisis inmobiliaria.
Con un candor inesperado, el GAO confirma que la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, la representación diplomática USA, "juega un papel clave" en la gestión de los fondos ilegales.
En octubre de 2008, el Programa Cuba de la USAID se extendía a 13 beneficiarios no identificados, a los cuales se otorgó 32 millones de dólares (desde 500 000 dólares hasta 11 millones) para sus proyectos de penetración. Están previstos otros regalos "sustanciales" (sic) para los amigos de la agencia para "los próximos años", presumiendo que esta política será mantenida por la nueva administración.
Lejos de reconocer lo escandaloso de tales despilfarros de fondos por la USAID, el GAO solo recomienda a la agencia de desestabilización aumentar el personal que trabaja para el programa anticubano de anexión.
El informe está firmado por David Gootnick, "Director de Asuntos y del Comercio Internacionales" del GAO.
Al describir con una frialdad maquiavélica el conjunto de las operaciones fraudulentas o simplemente de estafa observadas en la USAID, la Oficina de Auditoría del Congreso ofrece un retrato de actividades ilegales sancionadas por el gobierno de Washington que confirma la escandalosa extensión de los subsidios a actividades ilegales de subversión, espionaje e injerencia de esta dependencia del Departamento de Estado y de la CIA contra Cuba.
La agencia de auditoría que demuestra una total complacencia hacia el carácter injerencista y groseramente ilegal de las actividades analizadas, valora en 83 millones de dólares el dinero de los contribuyentes dilapidado en subsidios a proyectos de organizaciones no gubernamentales y seudoacadémicas, en su mayoría directamente inspirados por la CIA.
El GAO es la misma agencia federal que el gobierno de Bush quiso encargar de una hipotética ayuda a Cuba después de los huracanes Gustav y Ike. Mientras dedica decenas de millones de dólares en este gigantesco esfuerzo para sabotear la obra de la Revolución cubana, los asesores de Bush pretendieron asistir a la Isla a través de ese mismo dispositivo fraudulento que se consagra a destruirla.
http://www.granma.cu/espanol/2008/noviembre/mar25/48usaid-e.html
Acusan a ex colaborador de Bush de malversar fondos destinados a la subversión contra Cuba
Un ex funcionario de la administración del presidente George W. Bush fue acusado penalmente en un tribunal federal por hacer uso indebido de fondos de una entidad que alienta la subversión en Cuba, según The Miami Herald.
La denuncia fue presentada ante el magistrado federal Reggie Walton, quien debe fijar una audiencia próximamente para ventilar las imputaciones que encara Felipe E. Sixto, un cubanoamericano de Miami que dimitió hace ocho meses como asesor de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca.
El hombre de 29 años habría vendido radios de onda corta a precios inflados, valiéndose de empresas que él controlaba, entre el 31 de marzo del 2005 y el 14 de enero del 2008. Una pesquisa del Departamento de Justicia y la Oficina de Fiscalización General (GAO), la rama investigadora del Congreso, halló que Sixto obtuvo más de medio millón de dólares bajo la sombrilla de estas actividades al margen de la ley.
El acusado fungió hasta el verano pasado como director de personal del Centro para una Cuba Libre (CFC), organización no partidista con sede en Arlington, Virginia. El proyecto recibe varios millones en asistencia de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) con el fin de combatir al gobierno cubano y abogar por la libertad de ideas en la Isla, entre otras iniciativas. (s.e.)
USAID, ARMA DE GUERRA SUCIA
USAID, declarada enemiga de Latinoamérica, fue uno de los organismos que más dinero aportó, a través de ONGs, para la elección del obispo Fernando Lugo
En una declaración redactada en términos escrupulosamente escogidos, que difunde con una extraordinaria discreción, la USAID confiesa públicamente haber dilapidado el dinero del contribuyente en su guerra sucia contra Cuba. Lo hizo frente a las amonestaciones de unos congresistas escandalizados y las embarazosas revelaciones surgidas de las auditorías de algunos de los grupos contrarrevolucionarios a los cuales regala decenas de millones de su enorme presupuesto.
La USAID es esta misma agencia federal norteamericana encargada de engrasar a golpe de decenas de millones la subversión y el espionaje en Cuba que el gobierno Bush acaba de proponer a la Isla como interlocutor en una hipotética y reducida oferta de ayuda humanitaria después de los huracanes Gustav e Ike.
Con un candor inusual, cuidadosamente calibrado por sus asesores jurídicos, la llamada Agencias para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos reconoce por fin que sucesivas auditorias de su Programa Cuba por el Government Accountability Office (GAO) en 2006 y de su propio Buró del Inspector General (OIG) en 2007 "señalaron problemas con la gestión de los subsidios".
El documento de la USAID fechado del 18 de julio y firmado por el Ayudante del Adjunto administrativo Stephen Driesler, confirma todo el cinismo de este aparato privilegiado de la guerra sucia llevada por la administración norteamericana no solo contra Cuba sino contra el conjunto de América Latina.
Mientras reconoce su total irresponsabilidad en el manejo de fondos públicos supuestamente consagrados a la ayuda humanitaria internacional, intenta encubrir las actividades delictivas de unos de los numerosos operativos de la CIA que patrocina como directores de proyectos.
El documento expresa "para generalizar" que las auditorías "encontraron que existían problemas de control interno a la vez en la gestión de los subsidios por la USAID y la capacidad de los subsidiados" (sic).
Por supuesto, no recuerda que el escándalo de los sucesivos casos de corrupción en esta organización - el solo Frank Calzón del Center for a Free Cuba "desapareció" a 500 000 dólares – fue tan grande que provocó el año pasado la salida intempestiva del más alto funcionario para América Latina, el bien llamado Adolfo Franco, y de su brazo derecho para Cuba, David Mutchler, ambos implicados hasta el cuello en el fraude.
Al señalar como el Grupo de Apoyo a la Democracia (GAD) acaba de reconocer como uno de sus empleados empleaba una tarjeta de crédito de esta seudo onG para realizar unas compras personales, la declaración intenta minimizar la extensión del fraude atribuido a este beneficiario de sus bondades.
De la misma forma que evita toda referencia a Freedom House, uno de sus subsidiarios más estratégicos, que educó a Calzón en el arte de desaparecer fondos. Fachada de la CIA y del Departamento de Estado, Freedom House es famosa por haber sostenido durante años en Centroamérica, operaciones encubiertas contra el gobierno sandinista de Nicaragua y apoyado al partido ARENA en El Salvador y sus escuadrones de la muerte.
NO SOLO EN CUBA SINO A TODA AMÉRICA LATINA
La confesión pública de la USAID, emitida por temor a un ataque de nervios de algún congresista escrupuloso, lleva a observar, siempre con más atención, como esta agencia conyugue en toda América Latina sus acciones con el resto de la red imperial de injerencia.
Decenas de sus agentes se mueven en la sombra de las organizaciones de derecha, inventadas según las circunstancias, y patrocinadas por el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Instituto Democrático Nacional (NDI), la propia Freedom House, y unas cuantas fachadas más - siempre bajo las orientaciones de la CIA.
Creada en 1961 con fines aparentemente legítimos, la USAID depende oficialmente del Departamento de Estado con un presupuesto de 850 millones de dólares anuales.
Posee en la actualidad agentes en 16 países de América Latina y del Caribe donde realiza acciones - además de sus numerosas otras operaciones estratégicas en distintas partes del mundo.
En Haiti, la USAID se encuentra entre las agencias norteamericanas que han organizado, orientado y financiado varias de las organizaciones políticas haitianas que han provocado el secuestro y la grotesca evicción del presidente Jean-Bertrand Aristide.
En Venezuela, la agencia fue escandalosamente activa en el apoyo y el financiamiento a los sectores que realizaron el golpe del 11 de abril del 2002.
El ininterrumpido derroche de fondos de la USAID y sus filiales con operaciones de inspiración golpista ya ha sobrepasado los quince millones de dólares a través del financiamiento de cientos de grupos y grupúsculos alineados con la Embajada norteamericana.
En Bolivia, el programa de la USAID se concentra en la balcanización del país y en el financiamiento de acciones violentas en contra de la autoridad del presidente. Hace unas semanas, varias federaciones de agricultores y los cinco municipios de la región de Cochabamba expulsaron a los agentes de esta organización al denunciar su involucramiento en la preparación de un golpe de Estado.
LA USAID, CUEVA DE ASESINOS
La USAID tiene en el país andino una larguísima historia que ilustra toda la falsedad de sus pretensiones "humanitarias".
En 1971, la CIA organizó un intento de asesinato contra el Presidente Fidel Castro, aprovechando un viaje del líder cubano a Chile. Encargó con este proyecto criminal a un viejo socio, Antonio Veciana.
Este terrorista de Alpha 66, cómplice del complot contra Kennedy, trabajaba entonces en… Bolivia, en la Embajada estadounidense donde se encontraba como funcionario de la USAID.
Entre las paginas más asquerosas de la historia del organismo yanqui en América Latina, hace falta recordar también como Dan Anthony Mitrione, instructor norteamericano en técnicas de tortura, se apareció en Uruguay credencial de la USAID, a finales de los 70, para adiestrar a policías, en un programa secreto de destrucción de las fuerzas de izquierda en toda América Latina.
Al confesar que ha perdido desde rato el control de sus finanzas, la USAID encubre el carácter odioso del conjunto de sus actividades. Fiel ejecutante de los planes de la CIA, ferviente colaboradora de los propósitos secretos del Departamento de Estado, la Agencia para el desarrollo de los Estados Unidos es una de las principales armas del imperio para mantener su dominio sobre lo que acostumbró a designar como su patio trasero.
Hasta que los pueblos del continente, como en Cochabamba, determinan que ya se acabaron los tiempos de la injerencia.
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