viernes, 20 de marzo de 2009
EL PIRATA QUE HIZO PRESIDENTE A LUGO
Nadie ignora en Paraguay el papel fundamental que jugó el embajador norteamericano James Cason en favor de Fernando Lugo(*) durante su campaña proselitista. Percy Alvarado nos habla de este pirata habanero, en sus tiempos de Jefe de Sección de Intereses de EEUU en La Habana:
Créalo o no, amigo lector, el Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en la Habana, James Cason, se reunió hace unos días con un grupo de sus asalariados en Cuba para enterrar un cofre al amparo de la noche. A la usanza de los viejos piratas, este émulo del Capitán Garfio, con la promesa de repartir unos bocadillos y abundantes bebidas, convocó a un grupo de facinerosos, duchos en el sucio oficio de traicionar a la Patria por unas monedas y de fabricar las más absurdas y repugnantes falacias, para que lo acompañaran en el inusual espectáculo.
El show propagandístico, orquestado por el representante de Bush en La Habana, tenía el dudoso olor de la farsa y estaba cargado de malas intenciones. Para celebrar el Día Internacional de los Derechos Humanos, se colocaron en dicho cofre un conjunto de documentos que, salvo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, apestaban por su carga de veneno. Joyas de la infamia fueron las falsas acusaciones elaboradas en la Casa Blanca en varios informes sobre supuestos abusos a los derechos humanos de los cubanos.
Junto al agresivo y arrogante discurso de Bush, pronunciado el 20 de mayo del 2002, en el que promete hacer todo lo posible por derrotar a la Revolución Cubana, se fueron colocando diversos papelitos en los que cada uno de los mercenarios presentes en la ocasión hizo votos para un futuro “democrático” para Cuba. Cada uno de ellos sabía, a qué dudarlo, que lo extenso del papel sería premiado con más dólares. La traición tiene un precio bien alto, pensaron algunos sin ruborizarse apenas.
Acompañando a los documentos mencionados, se colocó dentro del cofre un radio de onda corta, idéntico a los repartidos por los que funcionarios de la SINA con la esperanza de que sean usados para escuchar Radio Martí y otras emisoras contrarrevolucionarias. También una copia de “Rebelión en la granja”, de George Orwell.
Si hilaridad causó para muchos el nuevo show mediático de James Cason, esta vez cargado de burda imaginación, más bochorno causó el objetivo declarado del mismo: “el cofre será abierto cuando Cuba celebre elecciones democráticas”, expresó el diplomático norteamericano, devenido en ridículo corsario.
Todo parece indicar que el señor Cason desconoce, o no quiere aceptar, la democracia que impera hoy en Cuba, apoyada por más del 98 % de los cubanos, quienes acuden serenos y confiados a las urnas, cada vez que se les convoca. En esas elecciones, justas y carentes de fraudes como las sucedidas en Estados Unidos, no quieren participar sus empleados de turno, movidos por el oportunismo político y búsqueda de beneficios materiales a cambio de difamar a la realidad democrática cubana.
Si por supuesto, Cason y sus acólitos esperan otro tipo de elecciones, tendrán que esperar mucho tiempo para desenterrar su cofre. Dudo, sin embargo, que las excretas que contiene puedan soportar el paso del tiempo y la fuerza de la verdad.
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(*) El obispo Fernando Lugo ganó las elecciones del 20 de abril de 2008 con fuerte respaldo de ONGs financiadas por Cason, además del apoyo de la prensa que en Paraguay responde a la embajada norteamericana, la SIP, NED y empresarios anticomunistas vinculados a la Secata Moon.
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