domingo, 20 de junio de 2010

FERNANDO LUGO REPUDIADO A BOTELLAZOS


Botellazo al cura y aliento para la guerrilla
Pocos personajes han logrado recibirá tantas críticas y aplausos, pero en ambos casos del lado equivocado, como lo ha hecho el cura Fernando Lugo, presidente del Paraguay por la gracia del oscurantismo religioso, la misoginia ingénita de sus compatriotas y la tradición autoritaria fuertemente arraigada por estas latitudes.
La guerrilla marxista y bolivariana del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) sigue recibiendo muestras de apoyo de la ciudadanía, entre otras pintatas que cubren las paredes en las principales ciudades del país, e inclusive en la zona céntrica de la capital paraguaya. Las mismas autoridades reconocen que el EPP recibe fuerte apoyo de los pobladores de la zona donde actúa, las selvas del norte de Paraguay.

Paralelamente, el cura Fernando Lugo -que no hace mucho fue expulsado de un velatorio- sigue recibiendo muestras de repudio. Familiares del policía fallecido en defensa de su corrupto gobierno le arrojaron una botella en muestra de rechazo, esta madrugada en la Agrupación Especializada de la policía, donde esperaban por los restos del uniformado muerto en refriega con la guerrilla, en horas de la mañana de ayer.

El hecho es una derivación del enfrentamiento en la zona de Kurusu de Hierro, Concepción entre policías y la guerrilla del EPP, donde dos agentes de la FOPE fueron abatidos. El botellazo provino de familiares que esperaban los restos de los policías, en evidente muestra de descontento con el gobierno que los envió al matadero en defensa de un pequeño círculo de privilegiados.

“CONFUSO” BOTELLAZO
“Un confuso hecho tuvo lugar esta madrugada cuando familiares de uno de los dos policías muertos ayer en un enfrentamiento con supuestos integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo EPP, en la localidad de Kuruzú, departamento de Concepción, arrojaron una botella contra la camioneta de trasladaba al presidente Fernando Lugo, quien se disponía a abandonar la sede de la Fuerza Operativa de la Policía Especializada (FOPE), unidad a la que pertenecían los dos agentes” asegura la prensa paraguaya.

Sin embargo, un botellazo al cura-presidente no deja lugar para especulaciones ni confusiones: es un síntoma palpable de que la popularidad de Lugo se encuentra por el suelo.

FALSO IZQUIERDISTA AL DESNUDO
Hace tiempo que miembros de la izquierda auténtica han denunciado al gobierno de Lugo como una farsa, controlada por personajes que llevan décadas mamando de la embajada norteamericana de Asunción.

“A los supuestos socialistas traidores, zoqueteros, furgón de cola del gobierno pro imperialista, pro oligarca, que responde al sector minoritario de la clase rica del país, que está representado por la Alianza Patriótica para el cambio” acusaba al luguismo el EPP en un comunicado.

“Les decimos de manera clara y contundente que la revolución no se hará con los oportunistas como ustedes, que han renunciado al derecho del progreso y la vida digna de los paraguayos, por un puesto y plato de lenteja” afirmaba también.

El Partido Patria Libre tilda a Lugo en sus comunicados de “payaso vendido a la oligarquía”, en tanto la prensa mediática de derechas hace todo lo posible por convencer al respetable de que el EPP es en realidad un grupo “terrorista” y una “banda criminal”, y no una expresión revolucionaria del descontento popular. Palabras aparte, los integrantes del grupo son bien conocidos como militantes de la izquierda marxista, que incluso habían respaldado la campaña electoral del luguismo.

HASTA GUARDIA PRESIDENCIAL SE SOLIDARIZA
Cuando los familiares de uno de los agentes abatidos ayer en Kurusu de Hierro tras un enfrentamiento con el EPP, arrojó una botella a la camioneta que transportaba al presidente Fernando Lugo luego de su visita esta madrugada a la sede de la FOPE hasta la guardia presidencial se solidarizó con ellos.

No hubo reacción ni por parte de los custodios, ni de los policías, según reportes periodísticos, en evidente muestra de que los uniformados acompañan la indignación de los familiares del caído, y que existe poca predisposición para defender al cura con hijos de una revuelta violenta del pueblo.

El dolor y la indignación por la muerte de los dos miembros de dicha fuerza policial, los suboficiales Carlos Cardozo y Lidio Jiménez, habría desencadenado la agresión contra el jefe de Estado, cuya custodia y personal del primer anillo de seguridad no reaccionaron ni atinaron a reprimir la agresión, en tanto la guerrilla sigue recibiendo respaldo y amparo por parte de los campesinos humildes.

La prensa puede hablar de confusiones, pero los gestos del populacho no dejan lugar para las dudas, cuando para algunos va el aliento y para otros un botellazo. Como dice una frase firmada por un tal Camus, se trata de una confusión clarísima.

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