INTIMIDADES DE UNA SENTENCIA QUE PODRÍA SER LA DE FERNANDO LUGO
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Intimidades de la sentencia a un cura "de piedra"
Adentro de la sala, el sacerdote no se inmutó cuando escuchó la sentencia. El alivio de Portal y las lágrimas de Miriam Lewin. Qué pasó con los chicos.
“15 años de prisión”. Las palabras emitidas por el presidente del Tribunal Nº1 de Morón, Luis María Anduela, retumbaron en la pequeña Sala que se convirtió en el escenario de una condena histórica. Por encima de él, una gran cruz de madera, un detalle extravagante. A su derecha, el "hombre de Dios" Julio César Grassi escuchaba la lectura de la sentencia sin inmutarse. No parpadeaba, no movía las manos, no sonreía ni fruncía el ceño. Nada.
Frente a él, los abogados Juan Pablo Gallego, Sergio Daniel Piris y Jorge Luis Calcagno formaban una especie de muralla entre el cura pedófilo y los tres jóvenes que se animaron a acusarlo. A ellos, los chicos, se los notaba más nerviosos y expectantes.
Sentado al lado del forense Enio Linares, Raúl Portal atendía sin perder detalle de ninguna de las palabras inmortalizadas en la sentencia de la causa Causa Nº 2438. Una mueca de satisfacción brotó de sus labios al escuchar la absolución, luego de la condena por el caso del joven llamado Gabriel. En ese mismo momento, Luis y Ezequiel bajaron la mirada, sin decir nada, al igual que Estela de Carlotto que, en cambio, hizo una mueca de disgusto.
Desde el momento en que los jueces ingresaron, la tensión inundó la sala repleta de periodistas (de medios nacionales). Entre ellos, Myriam Lewin seguía sin pestañar los dichos del magistrado hasta que éste dijo: “15 años de prisión”. La periodista más atacada por los cómplices del sacerdote, respiró aliviada y unas lágrimas cayeron de sus ojos claros.
Grassi, seguía sin cambiar su gesto despreocupado, ni siquiera expresó alegría cuando el Tribunal lo absolvió de los hechos de abusos denunciados por Luis y Ezequiel. Sabía muy bien que la Justicia no iba a ordenar su detención, se aseguró de que así fuera antes de presentarse en el edificio ubicado en las calles Almirante Brown y Colón.
Luego de la lectura, la Sala se vació y vinieron las declaraciones de los protagonistas:
Enio Linares: “Es un peligro para la sociedad”.
Raúl Portal: “Estoy feliz, esto es una victoria: de tres chicos, lo condenaron por uno”.
Estela de Carlotto: "Nos queda nada más el consuelo de que no fue absuelto".
Osvaldo Grassi: “Mi hermano es inocente”.
Federico Nieva Woodgate: “Hay que seguir luchando. Esta condena no es suficiente”.
Julio César Grassi: “Soy víctima de una injusticia”.
Pero, pese a la condena, esta historia no ha llegado a su fin, debido a que los abogados de los damnificados no piensan quedarse con los brazos cruzados, apelarán el fallo por considerarlo “insuficiente”. Y no están solos. Lo acompañarán en la epopeya intelectuales, periodistas, profesionales de la salud y organismos por los derechos del niño. Por ello, esta sentencia es sólo el principio.
Todavía, el final está abierto
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