FERNANDO LUGO: A PROPÓSITO DE LA PEDERASTIA EN LA IGLESIA
Sobre las últimas declaraciones del cardenal Cañizares
Mario López
La últimas declaraciones del cardenal Cañizares, minimizando el abuso de menores frente al aborto es un intolerable recurso al “y tú más”, al que tan aficionados son los dirigentes del PP de los que, sin duda, se le habrá pegado –tanta calle juntos es lo que acaba teniendo-.
El cardenal está en su perfecto derecho de criticar el aborto y, si quiere, puede compararlo con un homicidio. Su opinión quedaría desautorizada tanto por la ciencia como por el código civil, pero nada más. Ahora bien, decir que los abusos a menores son actos menos graves que la interrupción voluntaria del embarazo es una provocación inaceptable. En primer lugar, contra las víctimas de esos abusos, que han tenido que arrastrar durante toda su vida sus nefastas secuelas psicológicas. En segundo lugar, contra las mujeres que han practicado el aborto, haciendo uso de un derecho reconocido por nuestro código civil ¿Cómo se atreve este señor a otorgar mayor dignidad a un cura pederasta que a una mujer que ha abortado? En nuestro código penal está duramente castigado –y así debe ser- el abuso a menores. El abuso sexual contra un menor es, desde mi punto de vista, el peor crimen que se puede cometer contra un ser humano después del asesinato. Es cierto que la pederastia no es un crimen exclusivo de los curas católicos, pero sí se trata de un crimen muy característico de estos religiosos y abrumadoramente silenciado por las autoridades eclesiásticas. Y, señor Cañizares, silenciar un crimen es ocultación. Y eso, también es delito. Si los curas no quieren resucitar en nuestra sociedad el anticlericalismo que dejen de una vez por todas de abusar de nuestros hijos y de demonizar a nuestras mujeres. Tengamos la fiesta en paz.
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